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					La Colonia 16 de Octubre, fundada por 
					Fontana y sus Rifleros en 1885, había sido cruzada 
					anteriormente por Musters y el comandante Roa. Este bajó a 
					ese valle dos veces, en 1883 y 1884, pero no le 
					dieron la importancia que realmente tenía. Desde donde se 
					encuentra la actual ciudad de Esquel, Musters envió una 
					carta a Lewis Jones, uno de los principales dirigentes de la 
					colonia galesa, pidiéndole yerba, tabaco, y azúcar. Sin duda 
					fue la primer carta enviada desde la cordillera a la costa 
					atlántica. La respuesta que recibió estaba escrita en los 
					siguientes términos: “No podemos enviarle provisiones porque 
					la existencia en la Colonia es demasiado escasa”. 
					El perito 
					Francisco Moreno visita los valles cordilleranos (donde en 
					la actualidad se encuentran Esquel y Trevelin) en los 
					primeros días de 1880 y queda gratamente impresionado por la 
					belleza y fertilidad de esos valles, pero mucho mayor es la 
					emoción que experimenta cuando, al acercarse a las tolderías 
					de Incayal, ve que frente al toldo del cacique flamea la 
					bandera argentina, y el hijo de Incayal, Ultrac, lleva en su 
					lanza la enseña patria. 
					La del cacique 
					Incayal no constituye una excepción; también Casimiro Biguá, 
					Orkeke y otros poseían banderas argentinas, con las cuales 
					querían significar que eran argentinos. 
					En 1882 
					un colono descubre oro en las aguas del río Chubut y supone 
					que debía de haber más en la cordillera, allí donde nacía el 
					torrente. 
					En noviembre 
					de 1883 cuatro hombres realizan una excursión al 
					interior del territorio con el propósito de encontrar oro en 
					las nacientes del río Chubut. Los cuatro exploradores eran 
					Richard B. Davies, Zacarías Jones, John Parry y John Daniel 
					Evans. 
					En el valle de 
					Santa Cruz se encuentran con dos indios que iban a comerciar 
					en el Valle del Chubut. En esa época, el Gobierno Argentino 
					había dado orden a la milicia de tomar todos los indios 
					presos para levarlos a Río Negro pues en Valcheta había un 
					reformatorio indígena. 
					En diciembre
					la expedición llega al “Zanjón del Oro”, y desde aquí 
					regresan Zacarías Jones y John Daniel Evans al Valle del 
					Chubut para abastecerse de suficiente mercadería para 
					proseguir luego la marcha hasta los Andes. 
					A comienzos 
					de 1884 siete expedicionarios llamados John Harris, Nin 
					Thos Williams, John Hughes, Lemuel Aston, Benjamín Williams, 
					Zacarías Jones y John Daniel Evans, salen del Valle del 
					Chubut hacia la cordillera. En el Valle de Kel-Klein se 
					encuentran con el comandante Roa en compañía de muchos 
					soldados, que traía varios indios en calidad de presos, 
					rumbo a Rawson. La indiada había sido detenida en el lugar 
					llamado Súnica con el fin de enviarla al reformatorio de 
					Valcheta. 
					La expedición 
					sigue su rumbo y se encuentra con Richard Davies y John 
					Parry, quienes habían decidido regresar al Valle del Chubut 
					pero prosiguen la marcha. Cabalgan un día más del Zanjón del 
					Oro y allí deciden regresar a la costa 5 expedicionarios. 
					Sólo quedan 4: Richard B. Davies, John Parry, John Hughes y 
					John Daniel  Evans. 
					En febrero de 
					1884, después de haber viajado varios días, llegan a la 
					orilla del río Lepá. En este lugar arman campamento y, días 
					después, los visitan tres indios, dos de los cuales habían 
					encontrado tres meses antes en el Valle de Santa Cruz. Uno 
					de ellos, llamado Juan Salvo, los invita a visitar las 
					tolderías del cacique Foyel, en la región de Súnica. John 
					Hughes y John Daniel Evans los acompañan un trecho del 
					camino, hasta las inmediaciones del Arroyo Pescado, desde 
					donde deciden regresar al campamento. 
					A las tres de la 
					tarde de ese día los 4 recogen todas sus cosas y enfilan a 
					todo galope hacia el Valle del Chubut, situado a unos 500 
					kilómetros de distancia. Día y noche viajan sin tomarse el 
					menor descanso. A la mañana del segundo día hacen un breve 
					alto para comer un bocado y enseguida vuelven a emprender la 
					marcha hasta el anochecer. Así llegan, con noche cerrada, 
					hasta el cañadón conocido con el nombre de Carbón. Por la 
					mañana vuelven a galopar, hasta alcanzar el valle Kel-Klein. 
					John Daniel Evans arriaba la caballada al lado derecho; lo 
					seguía John Parry hacia la izquierda, después John Hughes y 
					al fondo Richard Davies formando un pequeño círculo, 
					arreando catorce caballos. De repente sienten un tremendo 
					aullido y gritos de guerra de los indios, y muy pronto la 
					atropellada de los caballos. John Parry cae a tierra con una 
					lanza clavada al lado derecho, y John Daniel Evans clava la 
					espuela en las costillas de “El Malacara”, rompe el primer 
					círculo de lanzadores y se dirige hacia el noroeste. 
					Aproximadamente trescientos metros delante había un zanjón 
					hondo por donde cruzaban las aguas de la lluvia que bajaban 
					de la loma, de una altura de 3,60 metros aproximadamente, 
					que tiene que saltar “El Malacara”, y como en el fondo de 
					este zanjón había un pozo de arena blanda, el caballo puede 
					seguir su marcha sin herirse ni quebrarse. John Daniel Evans 
					logra, después de unos días, llegar al caserío sano y salvo, 
					aunque sus tres desafortunados compañeros dejan sus vidas en 
					el valle de Kel-Klein, que pasa a denominarse desde ese día 
					“Valle de los Mártires”. 
					
					Era el 4 de marzo de 1884. 
					
					El 16 de octubre de 1884 se dicta la 
					ley de creación de Territorios Nacionales. Para esa fecha, 
					todo debía ser realizado sobre la Patagonia: desde instalar 
					las oficinas de los Gobernadores hasta conocer el suelo y 
					poblarlo. 
					
					El 14 de octubre de 1885 inicia su 
					marcha el viaje de exploración que comanda Jorge Luis 
					Fontana, bordeando la costa del río Chubut y en dirección a 
					la cordillera. 
					
					Las fuerzas expedicionarias se componían de: 
					30 colonos jóvenes, buenos jinetes y competentes en el 
					manejo de armas; 25 cargueros con víveres para tres meses e 
					instrumentales científicos, 260 caballos y 30 fusiles “Remington”. 
					Además , 2 cargueros con instrumentos científicos y 
					herramientas para minas, un botiquín y accesorios. 
					
					Una prueba del mosaico de nacionalidades de 
					la caravana lo da su integración: 7 argentinos, 19 galeses, 
					2 alemanes, 1 norteamericano y 1 portugués. 
					
					Los hombres que integraron esta misión 
					fueron: los argentinos Jorge Luis Fontana, Juan Pedro Derbes, 
					Ramón Calvo, Gregorio Mayo, Ricardo Franco, Antonio Miguens 
					y Roberto C. Jones; los galeses John Daniel Evans, Williams 
					de Jones, Bettie Thomas, H. Jones, John Winn, Richard C. 
					Jones, Edward Jones, Evan Davis, Thomas C. Davies, Jaime J. 
					Thomas, Davis P. Roberts, Juan M. Thomas, John Jones, John 
					Owen, Juan P. Jones, Jenkins Richard, Henry Davies, 
					Zachariak Jones y Juan Davies; los alemanes J. C. Katrelbürg 
					y Norman Presing y el norteamericano James Wargner, faltando 
					el portugués que nunca se conoció su nombre. 
					
					El 20 de noviembre de 1885 la 
					expedición llega a unas 5 leguas al oeste de la confluencia 
					del río Tecka y el río Chubut, y 25 de noviembre llegan a la 
					zona andina, a un valle de una fertilidad extraordinaria. 
					Fontana le pone el nombre de “Valle 16 de Octubre”, 
					queriendo recordar la ley creadora de las Gobernaciones ( la 
					ley N° 1532, del 16 de octubre de 1884), si bien los galeses 
					lo siguieron llamando por algún tiempo el “Cyn Hyfryd”, o 
					sea, “el valle Encantador”, nombre puesto en un principio. 
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